Creo que había un poco de filtro en la voz.
León Larregui se presentó por primera vez en una de las dos fechas del Auditorio Nacional y la verdad es que fue un concierto muy ameno.
La verdad nos perdimos de escuchar a Gio, el acto abridor. Pero ya al momento de que le tocara el turno a León, el Auditorio se puso eufórico entre gritos y demás. Empezando con «Oh Sunny Days» andaba bien feli cantando «there’s nothing you can tell me that can hurt me» mientras intentaba tomar fotos. Ya cuando nos hicieron dejar cámaras e ir a nuestros lugares nos tocó el perfecto timing de que empezara a cantar «y a mi me gustan como tuuuuu».
Una parte de la noche León la nombró como «es la parte de avalanchas de baladas… aunque bueno, todas mis canciones son baladas practicamente». Y así entre canciones nos pláticaba un poco de como la canción que seguía era de sus favoritas, o que si le gustaba mucho, o «esta está muy suave», mostrandonos ese lado «cotorrón» de León (yo mas bien sentía que ya andaba chido y por eso ya estaba en mood chill con nosotros).
De invitados para las canciones estuvo Giorgio (el abridor) para la canción «Chromocosmic Avenue», y al momento de tocar «Quetzal», León muy respetuosamente nos contó que como la canción llevaba una parte en Nahuatl pues obvio el no la podía cantar, porque no sabe Nahuatl, entonces invitó a Los Cogelones al escenario para hacer esta colaboración; brincos, tambores, la energía y su ambiente de fiesta sin duda le dieron ese toqué especial a la canción.
Ya llegando al final, León invitó al que se encargó de hacer todas las guitarras del Prismarama al frente y la verdad es que la manera en que tocaba hacía vibrar todo el Auditorio, o yo estaba ya muy entrada o sentía que hasta el volumen subió. Los últimos momentos, el juego de luces, el tocar «Carmelita/Incendios de amor» y esas ganas de bailar con la primer cumbia que escribió Larregui, era la mezcla perfecta (o la muestra mejor dicho) de lo que ha logrado, y que como solista tiene ese mensaje musical que entregarnos a todos y que es completamente su esencia y es agradable ver y escuchar a ese León.
Solo si pensaría que para las rolas de Prismarama sentía mucho efecto en su voz, mucha distorsión y la verdad a veces batallaba en saber cual era cual rola, pero te queremos León.
